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Combate… ¿para la defensa personal?

El combate, también conocido como “kumite” o “sparring”, es un componente esencial en el entrenamiento de cualquier arte marcial. Hoy en día pocos son los artes marciales que no busquen un tipo de enfrentamiento para entrenar.

Sin embargo, si el fin ultimo de karate es la defensa personal…. ¿Estamos entrenando el combate de forma correcta? ¿Cómo podemos buscar aproximar al Dojo las situaciones callejeras para prepararnos como practicantes?

De entre los diferentes métodos que existen, quisiera exponer en este post algunos ejemplos y conceptos a tener en cuenta que son bastante sencillos de aplicar y no requieren de mayor complejidad. No obstante, son herramientas fuertísimas para llevar a un siguiente nivel el Karate de cada uno.

1.- ¿Realidad o ficción?

Por muy realista que sea el combate, nunca es real. Siempre hacemos “sacrificios” en nombre de la seguridad. Si no lo hiciéramos, ¡cada sesión de entrenamiento acabaría con la mayoría de los estudiantes en el hospital! Necesitamos introducir imperfecciones en el entrenamiento para asegurarnos de poder entrenar de manera segura. Sin estas imperfecciones, el entrenamiento sería tan peligroso como la calle, lo que desafiaría completamente el propósito del entrenamiento.

Si haces alguna de las siguientes cosas, has introducido “sacrificios” en tu combate: entrenar sobre colchonetas, usar guantes de combate, usar protección corporal, usar un protector bucal, limitar los niveles de contacto, omitir técnicas como morder, ataques a los ojos y ataques a la ingle, permitir que tú o tu compañero terminen el combate al rendirse, etc. Estos cambios harán que el entrenamiento sea más seguro y productivo, pero también lo alejarán más de una pelea real.

El truco para asegurar que esta desviación de la realidad se minimice es ser plenamente consciente de las imperfecciones y sus efectos.

2.- Sin etiquetas

En el combate competitivo y en el dojo, a menudo se inicia con una muestra formal de respeto. Las situaciones callejeras no comienzan de esa manera. Frecuentemente están precedidas por diálogos engañosos o agresivos. Para estar adecuadamente preparado para la calle, necesitas estar expuesto a ese tipo de diálogos para que no te desconcierten.

El diálogo engañoso ocurre cuando el agresor se acerca a ti pidiendo direcciones, la hora, un cigarrillo, etc. Puede parecer amigable e inofensivo hasta que llega el momento de volverse físico. La conciencia, el control de la distancia y confiar en tus instintos son clave para lidiar con esto.

Cuando se practica el combate para la calle, se comienza con una persona (o más) asumiendo el papel del agresor. Deben cerrar la brecha utilizando un diálogo agresivo o engañoso (que puede volverse agresivo). Es importante que el diálogo y el lenguaje corporal estén basados en la realidad. Empujar, extender los brazos, gritar e insultar.

Aunque sea un entrenamiento, debes intentar intimidar a tu compañero de la misma manera que un agresor real lo haría.

3.-Sin avisos

Algunas situaciones comenzarán sin previo aviso. Por lo tanto, puede ser un buen entrenamiento que el combate también comience sin previo aviso.

Dado que el combate puede comenzar en cualquier momento, todos los participantes deben llevar su equipo de protección durante todo el entrenamiento. Los practicantes harán un entrenamiento normal.

Cuando sensei decida, dará la orden para que se empiece a luchar. En ese instante, todos los estudiantes deberán comenzar a combatir con la persona o personas más cercanas a ellos.

Lo bueno de este tipo de combate es que nunca estás seguro de qué situación se desarrollará ni cuándo. Puede que respondas rápidamente al comando y ataques a un compañero, solo para que alguien más te ataque por detrás. Por un momento pensaste que tenías ventaja y luego te ves luchando frenéticamente contra dos oponentes.

Después de cierto tiempo, no más de uno o dos minutos, sensei dará la orden de parar y los estudiantes volverán a lo que estaban haciendo anteriormente.

4.-No te quedes

Es importante que la premisa de estos entrenamientos sea la de luchar lo necesario para escapar. No va de correr ni va de quedarse peleando. Lo importante es encontrar el equilibrio para que, pudiendo dominar la situación, se logre anular al adversario para poder escapar del enfrentamiento sano y salvo.

Es aquí donde el alumno deberá evaluar cada situación y la capacidad de escape.

Para ello, se pueden preparar rondas donde el practicante no sabe cuántos rivales tendrá. Y de un grupo de alumnos le puede atacar uno, dos o cuatro. De forma que tendrá que evaluar cuándo es el momento de escapar y cómo.

Animo a los lectores a probar cualquiera de estos conceptos en sus Dojos, así como compartir los resultados comentando este post 😉

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