Hemos comentado anteriormente en este blog que Karate es un arte marcial completo. Incluye golpes, suelo, derribos, luxaciones, armas, etc.
No obstante, pese a haberlo mencionado, no se manifiesta cuando observamos entrenamientos “modernos” (entendiendo “moderno” todo lo que viene arrastrado del siglo XX). Donde sólo observamos patadas y puños.
Hay una razón histórica tras la cual radica la actual visión percusiva de karate, y la cual es culpable en gran parte de la disfuncionalidad del arte (pues la interpretación del kata está condicionada por esta visión). La razón es el Boxeo.
En 1921 se libró un combate de boxeo en estados unidos legendario. Jack Dempsey vs Georges Carpentier. Una pelea tan espectacular acabada en KO que se estuvo proyectando en cines japoneses durante bastante tiempo a modo de entretenimiento. Tremendo espectáculo caló en la población y el boxeo empezó a generar gran interés en los ciudadanos japoneses.
El problema es que en Japón no había nada parecido a ello. Sus artes marciales no tenían nada que ver y claro, Japón debía ser superior a cualquier cosa extranjera.

Ese mismo año, el príncipe Hirohito visitaba Okinawa. En la isla, este acontecimiento fue recibido como una oportunidad enorme. Asimismo, una enorme exhibición de cultura local fue desplegada en su honor. Baile, Música y, por supuesto, Karate. Hirohito, según cuentan las crónicas, quedó impresionado con este arte marcial. Mientras que Judo y Jiu jitsu eran básicamente grappling y proyecciones, o las arma eran monopolizadas por el kenjutsu, aquello parecía aglomerar todo e incluir potentes golpes.
Parecía algo perfecto a lo que buscaban (políticamente). Parecía una forma superior de boxeo, pue incluía patadas, no llevaban guantes y se veía muy completo.

Después de la exhibición, desde japón se invitó al líder del grupo de aquella exhibición a ir a Tokyo y se le seleccionó para difundir una idea de karate en la sociedad japonesa. Eso sí, centrándose en ensombrecer al boxeo. Centrándose en el atemi, pues para grappling proyecciones o armas, ya existían artes marciales en Japón que, por ser de japón, eran “superiores”. Ese maestro fue Funakoshi Gichin
Además, Funakoshi hablaba perfecto japonés, era un hombre instruido y sabía escribir en japonés también.
Esto generó conflicto en Okinawa, con partidarios y detractores. Entre sus muchos detractores estaba Motobu Choki, al que no le gustaba nada lo que veía en el karate que se estaba enseñando. Un karate mermado, simplificado al que le habían amputado el 90% de su alma.







Más motivo tubo para cabrearse cuando, tras vencer a aquel boxeador como cuentan las crónicas, se aprovechara para poner la imagen de funakoshi como el autor de los hechos. Demostrando a la sociedad que Karate japonés era superior al boxeo. Pusieron a aquel que estaba enseñando y haciendo un karate vacío e inútil ante sus ojos…
A raíz de ahí de forma intermitente se hicieron campañas e las que se pretendía resaltar que Karate era mejor y mas efectivo que el boxeo. Centrándose en el atemi, olvidando por completo el resto. Un ejemplo aquí.
MINUTO 15:54
Como vemos una semilla se plantaba en esa época y el resto, es historia…