Toca hablar sobre un arte marcial antiguamente conocido como Ryukyu Kobujutsu, aunque ahora el término utilizado generalmente sea kobudo. Ko (antiguo) Bu (guerrero) y Do (sendero o camino). En el caso de jutsu (sistema o método). Es el método o el camino de los guerreros antiguos.
Si lo pensamos detenidamente, la primera y más antigua forma de defensa o lucha humana corresponde al uso de un arma, una piedra o un palo para golpear y dañar al oponente o depredador, y esta característica es común a todas las culturas del planeta. Por ello, conviene saber qué relación tiene el Kobudo (o Kobujutsu) con el karate. Si sabemos, como se explica en el post “¿Para qué sirve Karate?” , que su propósito es la protección y defensa de uno mismo, cabe pensar que una manera efectiva y natural podría ser el uso de un arma.
¿Cuántos de nosotros no hemos visto una película de terror y hemos pensado que, ante una situación de peligro del protagonista, «debería agarrar un objeto contundente para protegerse»? Es algo instintivo. Si echamos un vistazo a Okinawa, es difícil encontrar un Dojo de karate que no tenga en él una variedad interesante de armas tradicionales de Kobudo. De hecho, grandes maestros de karate lo son de Kobudo también y viceversa. En las raíces primarias de karate, en el “Ti” o “Toudi”, encontramos elementos relacionados con armas a lo largo de la historia.
Incluso, en los estilos de kung fu, los cuales influenciaron el desarrollo de karate, incluyen el manejo de infinidad de armas en el proceso de aprendizaje. Pero ¿no se suponía que karate, traducido como «mano vacía», consistía en un método de lucha sin armas? Pues NO.
No siempre se utilizaron los Kanji «mano vacía» para hablar de karate. En una época, no tan lejana, Karate se escribía con Kanjis que significan «mano china», pronunciado “toudi” en el dialecto de Okinawa “Uchinaguchi”.
Pero entonces… ¿Cómo se genera Kobudo?
Dicen en algunas historias que cuando el clan samurai Satsuma, en el siglo XVII, dominó la isla de Okinawa marcó u importante antes y después en la historia de las artes marciales del archipiélago RyuKyu. Con mano dura gobernaron las islas imponiendo su ley. Entre las disposiciones legales que propulsaron se encontró la prohibición absoluta deposeer cualquier tipo de arma. Dicha prohibición fue tal, que ni siquiera podían haber en las casas utensilios que pudieran considerarse armamento. Tan solo tenían permiso de portarlas los pechin (samurais en Okinawa) o los miembros de la guardia autorizados. Se cree que por esta razónlos okinawenses desarrollaron el Kobudo con objetos de la vida cotidiana y, además, el karate.
No obstante ESTO NO FUE ASÍ, aunque sí colaboró en ello. Se sabe, y hay evidencias, de que incluso eran utilizadas las mismas armas en otros países del entorno. Los Tonfa, los Nunchaku, el Bo, los Sai, y este tipo de armas siempre fueron diseñadas y pensadas para hacer daño. Otra cosa es que algunas de ellas pudieran camuflarse en aquellos tiempos adaptándolas un poco. Tomando herramientas cotidianas que podrían utilizarse del mismo modo que las armas que ya existían y las cuales ya sabían usar. Ejemplo (de Bo a Eku)
Como todas las artes marciales de la zona, no fue desarrollado únicamente en Okinawa. Si nos fijamos en la historia de las artes marciales chinas podemos encontrar muchísimas armas similares a las que, posteriormente, se emplearon en el archipiélago Ryukyu. Incluso las hay idénticas. Probablemente los conocimientos chinos y okinawenses volvieron a fusionarse para desembocar en lo que, hoy en día, se conoce como Kobudo.
Pero ¿qué hay de su relación con karate?¿Por qué los grandes maestros de karate practicaban Kobudo y aún hoy continúan haciéndolo?
En un contexto como el siglo XVII o XVIII es perfectamente comprensible, e incluso intuitivo, el por qué los maestros de karate empleaban las tácticas de kobudo. Evidentemente si tu propósito es la defensa personal y vives en un entorno como el de Okinawa en aquellos tiempos, no te queda más remedio que practicar una combinación de ambas. No obstante en la actualidad no «hace falta», podríamos decir, utilizar ni dominar este tipo de armas. Nadie va por la calle con unos Sai o unos Tonfa preparados por si alguien decide atacar. Seria una LOCURA
Sin embargo, el Kobudo y el uso de las armas contiene un interesante secreto que maestros de karate en Okinawa me revelaron y cambiaron completamente mi forma de entender dicho arte.
El Karate de Okinawa y el Kobudo son como el hermano y la hermana. Se complementan entre ellos.
– Tadashi Yamashita –
Pueden ser parte del Hojo Undo, pues logra un entrenamiento que difícilmente se pueda realizar de otra manera. Efectivamente es posible, pero nunca podría lograrse algo tan completo como la práctica del kobudo con los mismos resultados y en tan poco tiempo.
La primera, y probablemente la más obvia de las razones por las que kobudo es un entrenamiento complementario tan bueno, es debido a la exigencia física, sobretodo en la fuerza, movilidad y resistencia de las muñecas, que nos supone el manejo y dominio de un arma. Incluso, dependiendo del arma en cuestión, esta nos puede ayudar en el desarrollo de los brazos, el abdomen, los hombros y la cadera. Además la potencia del agarre se multiplica, al recibir impactos y tener que mantener con firmeza un arma en nuestras manos.
También kobudo nos ayuda a desarrollar una coordinación excelente, pues tendremos que sincronizar los movimientos de nuestro cuerpo con los de un objeto inanimado. Y es aquí donde está la clave. El arma es un objeto inanimado. Es un objeto sobre el que no podemos tener un control como el que tenemos sobre nuestro propio cuerpo. El arma puede realizar movimientos que no esperamos, o que para nosotros son involuntarios. Todo el que ha probado un Nunchaku, por ejemplo, se ha dado sin querer en la cabeza un buel golpe.
Al practicar Kobudo, tenemos que hacer un esfuerzo tremendo de coordinación y control para poder hacer que el arma se mueva y se reposicione donde nosotros queramos. De igual manera, según me contaban en Okinawa, si aprendemos a dominar y recolocar el arma allí donde nosotros queremos que esté, aprenderemos a dominar y controlar a un adversario. Es una cuestión de instinto que se desarrolla con el entrenamiento de Kobudo.
Algunos ejemplos de su importancia, incluso en el karate fuera de Okinawa, lo encontramos en la experiencia de Mabuni Kenwa (fundador del Shito-ryu). Era un gran experto en Kobudo además de Karate. También tenemos ejemplos mas actuales como la escuela de Meitoku Yagi (meibukan de Goju-ryu), Hokama Tetsuhiro sensei, o incluso el Shotokan de la Universidad de Keio.
Es cierto, hasta Gichin Funakoshi, conocido como el «padre del karate moderno», deja en su legado de divulgación el Kobudo. Fue uno de los causantes de una de las mayores simplificaciones de Karate, y aun así había Kobudo.













Sin embargo, la gran mayoría de sus alumnos olvidaron el Kobudo. Y digo olvidaron, porque existen evidencias, en imágenes, de que funakoshi lo practicaba.
Uno de sus primeros Dojos en Tokio se situó en la universidad de Keio. Allí, los que fueron sus alumnos continúan el legado que les dejó y mantienen viva gran parte de la esencia de karate. Allí, continúan entrenando katas como Tensho, Nipaipo o Seipai, atribuidas a otros «estilos». Y es también donde el kobudo sigue presente dentro del mal llamado «estilo shotokan», pues continúan entrenando el uso del Bo, de los Sai y las Tonfa.
Como podemos ver Karate está lleno de Kobudo.
Animo a los lectores interesados a que incorporen a sus rutinas de entrenamiento algo de Kobudo. Estoy convencido de que, al igual que yo, sentirán cada vez mayor dominio de los adversarios en los entrenamientos por pareja, aparte de la mejora del acondicionamiento físico que proporcionan las armas a los karatekas. Por ello, considero que el karate y el Kobudo no deben ser separados. Su práctica debe ir en paralelo.